El check de una lista suicida

15.05.2024

Desde la percepción, todo se reduce a esto: Objetivos logrados, desafíos vencidos, y el check de  una lista completada. En el silencio de las palabras, los hechos hablan con elocuencia. Sin respeto ni alianza, la confianza se desmorona. No busco esperanza para equilibrar la balanza; la conciencia y el tiempo son mi resarcimiento y escarmiento. Persisto con determinación, incluso cuando el telón cae bajo el peso de la arrogancia.

Años valorados en función de resultados y ganancia, el objetivo de un efímero pasatiempo  sin efecto o remordimiento, sin sentimiento o afecto. Es el desdén de una indulgencia apática, donde la basura se descarta sin mirar atrás, antes de que su acumulación genere una tóxica carga.

De la ignorancia aprendí y sobreviví. Comprendí que un simple soplo de viento basta para estimar o desestimar, encartar o descartar, al antojo y capricho, amparándose en el destino en lugar de asumir. Esa expectativa fue aniquilada de raíz. Sin acceso a la oportunidad, opté por permanecer en la contraproducente e incongruente continuidad de la nada. Podría haberme protegido, haberme detenido o haber desaparecido, pero ignoré las señales, dejé de escuchar y me entregué. Encarcelando al insistente Pepito Grillo que solo advertía mi inminente caída y perdición. Nostradamus dixit, vaticinio y augurio certero... huir y desaparecer temeroso de perder una vida construida con esmero, una feliz estampa basada en la comodidad y la estabilidad, o en otras cuestiones que, por su puesto , no me corresponden juzgar. Hablo desde mi experiencia, la sensación de mi vivencia, el análisis de mi conciencia, pura en su existencia pero obnubilada, retada y desafiada por el psicopático entrenamiento de un macabro entretenimiento, el deleite de un trabajo bien hecho.

Vi lo inimaginable: un hombre sin hombría, un bloque de hielo, que se resistía al calor del afecto, un muro de roca tallado por la indiferencia, que sin miramientos ejecutó su despótica sentencia, designando lo externo como insignificante e irrelevante, descatalogando y desvalorizando  lo que el tiempo había forjado en una verdadera y eterna armonía. No existen verdades absolutas, solo medias verdades, y esa mitad debió ser la premisa de lo que yo sentía como una cobardía, la falta de valentía para  reconocer mi intuición.

No soy nadie y nunca lo seré, una marioneta en el teatro de la vida, movida por hilos invisibles y caprichosos. Soy el resultado de un remolino de circunstancias, una chispa perdida en la tormenta de la existencia, luchando por encontrar mi voz en medio del caos. 

De ese caos, de esa fuerza descontrolada, surgió un reclamo, el consuelo de una mano familiar, una mano que había considerado como parte de mi propio ser. Quizás la confianza cegó mi discernimiento,  sumergida en la ilusión de que esa mano nunca me dejaría caer. Envuelta en la vanidad o la ingenuidad de creer... Fue un salto de fe  hacia lo desconocido, donde  pasado y presente se entrelazaron en un torbellino de emociones.  No necesitaba arrastrar, solo una cuerda para sortear terrenos difíciles.

¿Puede haber honor en la retirada?

Pensar en el papel de víctima sería rendirse ante las sombras, permitiendo que el dolor me consumiera hasta convertirme en cenizas. En cambio, elijo la luz, el camino hacia la redención. En esta danza eterna entre el amor y la pérdida, mi corazón late al ritmo de una melodía olvidada, buscando superar las heridas invisibles que el tiempo dejó a su paso. Ahora estoy en la fase de la nada, recomponiendo mi alma, mi esencia, sanando cualquier atisbo de viejos sentimientos.

Del dolor saqué mi  favor, alejándome  de lo dispuesto y evitando al depredador de aguas frías y turbias. Descargar las piedras de una mochila que porteaba sin sherpa, y de las astillas surgió un nuevo caparazón.

La fase del vacío me consume, alejándome del cazador que acecha en cada caída. La fachada del caballero, con su hipocresía y disfraz, no oculta su cobardía reflejada en la omisión. La disciplina , inteligencia o prudencia se vuelven señales borrosas en este juego de máscaras.

La vida me ha enseñado que cada fuego arde con una intensidad única. Algunos, llenos de chispas, queman con pasión desenfrenada, mientras que otros apenas alumbran. Busco mi propia luz en medio de la oscuridad, enfrentando el dolor y sanando las cicatrices invisibles.

Desde niña aprendí sobre el abuso y decidí no ser definida por ello. Ahora mi tarea es enseñar a mis hijos la verdadera esencia del amor inquebrantable. No permitiré que las sombras del pasado oscurezcan su camino ni que las csicatrices invisible los marquen. En sus miradas veo la esperanza de un nuevo comienzo, la promesa de un mañana más brillante. 

No destroces lo que amas, porque eso no es amor. LA-ᚢ ᛏ Δ


"Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y hay gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende". E.Galiano.