Tapando la incomodidad de nombre normalidad...

02.07.2024

Desde mi placentero hogar, desde la libertad del poder trabajar en cualquier lugar, desde la normalidad de poder mi cuerpo enseñar, no puedo dejar de asombrarme y a la vez horrorizarme en nombre de la religión y la impotencia de ausencia de rebelión, pensar en el rol de estas mujeres, adoctrinadas desde que nacen para preservar su condición, depender de su  Pater familias hasta el fin de su existencia, desde el inicio de la secuencia, su vida y consecuencias, como títere bajo los hilos de otras manos  dispuestas... suerte si caen en las de intenciones honestas. Enjauladas en sus prendas, sin poder ni si quiera ver su rostro, contemplar si esa domesticación desde la infancia surge efecto o por el contrario lo viven como una condena eterna de la que no poder escapar... o sencillamente una heredada tradición y creencia que no presenta queja... pues es con lo que se ha crecido y vivido y entonces ¿para qué cuestionar su sentido?.

Cómo saberlo... únicamente es mi concepción, el símbolo de otra prisión... desde mi occidentalizada perspectiva,  desde mi más pura ignorancia , desde la libertad de la que dispongo y ejerzo mi trabajo sin distinción de genero, solo me transmite el eterno y manido mensaje...la mujer induce al pecado y su dominio debe ser sublevado. Si solo fuera eso...

No hace falta un niqab para no dejarse ver, desgarrar el velo tiene un precio, amargo castigo para la desobediencia, fructífero resultado para la conciencia...

Valemos más por lo que callamos que por lo que hablamos... en mi caso el no decir nada ya designa la impasividad y el abandono absoluto... el innecesario derroche de energía... y mejor seguir así en la conjura de silencio...  no por lo que pierdo si no más bien por todo lo que gano... desde un  y " para qué..."


" Al fin y al cabo, el miedo de la mujer a la violencia del hombre es el espejo del miedo del hombre a la mujer sin miedo". E. Galiano.


"Alea iacta est" - LA