Vivir sintiendo, implica movimiento

07.07.2024

Despierto con un torrente de ideas y pensamientos. Con mi café en mano, como si de un ritual se tratase, me entrego a la escritura, volcando en palabras aquello que no soy capaz de expresar ni con el más elocuente de los discursos. Escribo sobre lo que siento tan profundamente que escapa a toda descripción, sobre aquello que me arranca lágrimas y risas, lo que me hace vibrar y vivir, lo que me impulsa a huir y desistir. Esas emociones que plasmo en el papel, esperando que en un futuro pueda releerlas y revivirlas desde una perspectiva diferente, con nuevos ojos y una renovada interpretación. Que el paso del tiempo me permita entender estos escritos como un testimonio de mi crecimiento y evolución, como una huella indeleble de haber sabido convivir con la decepción, de lo que amé y dejé atrás, de lo que aparté para poder observar mejor, de la soledad de mi viaje. Un billete sin destino, una maleta vacía de ropaje, símbolo de mi independencia del yugo, de la crueldad del abordaje, del sabotaje en su hospedaje, de la demolición de su bastión y de una única posesión... el amor y el orgullo de mi linaje, el ensamblaje de mi venidero tributo.

En el sueño de la razón, donde la constante preocupación descansa, donde el miedo escapa de su prisión para tratar de ejercer su control y dominación absoluta, expandiendo su alcance con alevosía y diversión, propagando el virus de su intención. La parálisis se apodera de mí ante la falta de reacción frente a una determinada situación.

Desde que era muy pequeña, la escritura ha sido mi refugio. Antes lo hacía sobre el papel, ahora se ha convertido en una rutina imprescindible, tenga o no relevancia, porque solo son palabras de una voz que ha preferido alejarse y aislarse del ruido. Estoy aprendiendo a deleitarme con el silencio, rompiendo el molde de la tiranía de la especulación o la difamación, de la divulgación de la sedición, de la sublevación del ego y su rebelión. Un virus de alta propagación sin vacuna posible, cuya redención reside en uno mismo y en su pasión por la concienciación colectiva. El individualismo como rescate del amor y la unión.

A pesar de todo, solo son palabras. Enterrar lo que sentía no me trajo alegría, pero me permitió despojarme de todo lo que creía y falsamente me convencía de que me pertenecía, porque era lo único que conocía. Aferrarme a la certeza y la confianza del apoyo de mi alianza, a la eterna esperanza de que prevalezca la luz sobre la oscuridad, la bondad sobre la maldad, la tolerancia sin arrogancia, la estima como predilección, la espontaneidad de la casualidad, la franqueza sin crudeza, la lealtad y la honestidad sin conveniencia. El valor de la existencia, su significación, experiencia y no mera tendencia momentánea... la elocuencia como evidencia, la libertad sin disconformidad, asumir la incomodidad del cambio como oportunidad, fruto de la elección y no del azar, estar siempre en continuo movimiento, sin eludir el sentimiento de lo que percibo en cada instante.

La vida pasa ante nuestros ojos, el cuerpo se desgasta y envejece. No es en el chasis donde acontece, es superfluo y por eso desaparece... el alma se queda, engrandece y prevalece.

"Su visión se aclarará solamente cuando usted puede mirar en su propio corazón. Quien mira hacia afuera, sueña; quien mira hacia adentro, despierta." Jung- LA  - ᚢ ᛏ ᛟ Δ