Amar sin un objetivo puesto en el radar, abrazar la magia del azar, el amor ni ata ni mata...
De todas las cosas que podría imaginar, la última sería dar paso a la magia del azar: las casualidades, las dualidades y la sincronicidad que emergen en la mente humana. Algo tan imperceptible y cuestionado como las coincidencias se presenta en un momento en que el dolor ha dejado de ser una mera reacción de supervivencia y ha ascendido a...









